Autor: Carlos Mauro Ferrer
“Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá” (Hechos 5:37-38).

Judas el galileo fue un dirigente político y religioso judío que se oponía al censo realizado por Roma para la recaudación de impuestos (algo no tan diferente a lo que intentan hacer algunos políticos cristianos) en el año 6 d. C. Esto sucedió cuando Judea pasaba a ser administrada por el Imperio Romano, la historia de Judas de Gamala, como también le decían, nos la cuenta el historiador Flavio Josefo en ‘La guerra de los judíos’ (Libro II, Capítulo 8) y en ‘las Antigüedades judías’ (Libro XVIII). Sin embargo, en esta ocasión en el pasaje de Hechos, quien nos trae a colación a Judas el galileo es Gamaliel, un miembro del Sanedrín judío que era doctor en la ley y fue maestro del Apóstol Pablo. Estas palabras de Gamaliel tratan a Judas el galileo como un mesías fallido que con nobles propósitos religiosos pretendía destruir al Imperio Romano y restaurar el reino a Israel (Cf. Hch. 1:6). Judas el galileo habría fundado el movimiento de los zelotes relacionados muchas veces con un radicalismo militante, algunos de los discípulos de Jesús pertenecieron a este movimiento, algunos historiadores los consideran grupos guerrilleros o de subversión al Imperio Romano.

La palabra ‘zelote’ viene del hebreo “kanai” que significa alguien que cela por Dios. Los zelotes eran celosos por la ley de Moisés y tenían una fuerte política nacionalista en la que solo tenían parte los judíos. Los zelotes enseñaban que sólo Dios era el verdadero gobernante de Israel, y se negaban a pagar impuestos a los romanos. Algunos estudiosos creen que Judas el galileo murió crucificado poco después de la resistencia al censo.
De la misma manera, hoy estamos viendo un fuerte movimiento de los cristianos en la política, en muchos casos admirable pero con un enfoque equivocado. A la fecha que escribo este artículo, tenemos algunos candidatos a la presidencia de Colombia que buscan el voto cristiano como Germán Vargas Lleras, Iván Duque (Alejandro Ordoñez) o Viviane Morales; en Costa Rica uno de los candidatos que participó a la segunda vuelta por la Presidencia de ese país era cristiano evangélico; el presidente de Honduras es un teólogo que pertenece a la iglesia evangélica, el presidente Trump tuvo un fuerte apoyo de las iglesias evangélicas en EE.UU. Un pastor de una iglesia muy grande en Venezuela anunció que será candidato a la presidencia. Reitero que esta movilización no tiene nada de malo si se hace con el fundamento correcto. Pero cuando se tiene una visión equivocada de la misión cristiana, las palabras de Gamaliel resultan siendo proféticas: “apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá”.
Muchos predicadores se han levantado en contra del Estado, de sus leyes (opuestas a la voluntad de Dios), de los impuestos, etc. ¿Acaso es esta la obra de Dios? La obra del zelote Judas desapareció porque era de hombres, más la Cruz de Cristo ha prevalecido porque es ese el plan de Dios. No se trata de acomodarnos en esta vida, reduciendo impuestos, imponiendo criterios morales o gobernando pecadores. Se trata de predicar a Jesús y a éste crucificado porque ¿de qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?
EDITADO POR CARLOS MARIO MORENO