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El Cantar de los Cantares y El Pacto.


Algunos cuestionan la existencia del libro poético "El Cantar de los Cantares" de Salomón y su aceptación en el canon bíblico porque es un libro que utiliza un lenguaje poético. Un libro que narra de un amor particular e incluye versos sensuales, exhibe pudores acerca del hombre y la mujer que se aman, que disfrutan de sus respectivos cuerpos y que dicen lo que sienten. Su expresión literaria suele dejar perpleja u ofendidas a ciertos tipos de personas. Sin embargo, El Cantar de los Cantares es precisamente eso, un libro que nos quiere narrar un amor de forma destapada, sin falsedades que identifiquen plenamente a un hombre y una mujer que se aman y expresan su amor con sus recursos. Este libro aparece incluido en el canon bíblico porque es un canto de amor dentro de la unión matrimonial. El amor y la sexualidad además de ser dones de Dios desempeñan un papel fundamental en la realización del plan divino sobre la creación.


El matrimonio es la unión, alianza o pacto que se realiza entre un hombre y una mujer bajo el vínculo del amor y donde prometen fidelidad. También, el matrimonio es el tipo de relación que tiene Dios con su iglesia bajo fidelidad, amor, contemplación, etc. Un matrimonio en su sentido bíblico representa la unión de Cristo y la Iglesia, su manera de relacionarse con ella, de amarla y protegerla, de expresarse hacia ella, muestra vivamente la unidad pactual que liga a Cristo con su pueblo. En la antigüedad, en la noche de bodas, el pacto matrimonial quedaba sellado o confirmado cuando el esposo se unía sexualmente a su mujer y había derramamiento de sangre, tal como Cristo a derramado su preciosa sangre por su pueblo confirmando el Pacto Eterno (Mateo 26:28). Esto es lo que enseña el libro de Cantares, de la unidad de la unión sagrada del matrimonio, valga la redundancia. Cristo y su Iglesia se aman y están unidos bajo un Pacto Eterno que la muerte no puede acabar.


El Pueblo redimido está unido a Dios bajo una Alianza. Cristo a establecido su pacto con la Iglesia para mostrar su amor y poder, dando señales y signos que sellan este pacto y lo hacen confiable. Cantares es un libro que nos habla de la forma de relacionarse en este pacto, no solo ilustra el amor de Dios a su pueblo, sino la interacción de este amor y lo más admirable del libro es que lo hace bajo un lenguaje aplicativo a la época, que hoy podemos entender, un lenguaje poético, sensual, propio de enamorados demostrando que dicho amor es vivo y ardiente. La expresión bíblica para este amor es la frase divina "yo seré tu Dios..." (Jeremías 31:33) frase que refiere una entrega voluntaria de parte de Dios a un pueblo que Él mismo decidió apartar para sí y amarlos, y salvarlos; esta frase pactual, es amorosa, matrimonial, que implica alianza y unión, implica una relación de dos partes pero a la vez demuestra unilateralidad, iniciativa no de ambas sino de una sola de las partes. La realidad de la relación amorosa pactual entre Dios y el hombre, de esos nos habla Cantares, de un amor que sufre, que se desespera, que se atormenta con pesadillas y que anhela más entrega y fidelidad, lleno de color y de ilustraciones, amor que es cotidiano, del día a día, que se confunde con aromas que despiertan emociones pero real y lleno de serias manifestaciones.


El Cantar de los Cantares es un libro que habla acerca del Pacto de Dios con su pueblo, con comparaciones no visuales sino emocionales. Por ejemplo, cuando se lee este libro debemos preguntarnos qué sienten los novios al pensar en eso:


"Tenemos una pequeña hermana, que no tiene pechos; ¿Qué haremos a nuestra hermana cuando de ella se hablare? Si ella es muro, edificaremos sobre él un palacio de plata; si fuere puerta, la guarneceremos con tablas de cedro" (Cnt 8:8,9).

Este pasaje nos habla acerca del celo santo de Dios por su novia preocupándose por cuando ella sea cortejada por otros e indica así mismo las acciones que Dios tomará para su defensa y protección.


"Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz" (Cnt 8:10). Esta porción indica que la novia encuentra paz y se siente bien a los ojos o vista de su amado y esto la fortalece. También, esta frase se parece a los nombres Salomón y Sulamita en hebreo, el rey y la princesa (Cnt 7:1) mirándose a los ojos y la princesa sintiendo paz y fuerzas en la mirada de Rey.


"Apresúrate, amado mío, y se semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas" (Cnt 8:14). Expresa el deseo de la novia para que su amado venga pronto, tal como la iglesia desea la venida de Cristo.


Muchos versículos de este hermoso libro tienen un lenguaje pactual. Más allá de su percepción sensual que describe en cierta forma el amoroso Dios que tomó un pueblo para sí, y la Iglesia que ama y se apropia de su Rey. Esta propiedad que siente la iglesia de tener un Dios, de poder disfrutarlo y gozar de Él para siempre, de glorificarlo y servirle como esposa fiel, es un sentimiento puesto por Dios en su corazón, es una sensación que extrae de las Escrituras al poder entender a su Amado, ahora ella hace parte de su amado y deja su amor descansando en Él, no quiere que nadie despierte ese amor hasta que sea el momento indicado. Un Rey que se deleita en su amada novia, que defiende y cuida a su prometida, que la desea y que le expresa su fidelidad (Cnt 6:9).


"Mi amado es mío y yo soy suya" (Cnt 2:6) muy notoriamente una expresión pactual. El propósito del Pacto Eterno es hacerse de un pueblo y ser el Dios de ellos, ese propósito se ve cumplido en el corazón de la novia, como si fuera el fin principal del novio, la unión sagrada con su novia. Una relación pactual es una relación legal que exige cumplimiento de dos partes para alcanzar las promesas benditas. Entonces, esta legalidad hace del acuerdo una formalidad, como lo demuestran mucho libros del Antiguo Testamento. Pero, en Cantares se ve reflejado el Pacto fuera de formalismos, más práctico, lleno de emociones amorosas y sentimientos. Podemos ver el Pacto aplicado al corazón humano, diciéndonos Dios con palabras de cortejo, "te amo".


El Cantar de los Cantares hacía parte de los cantos que se entonaban en las fiestas de bodas en la que se hacían oír los cantos de los novios (Jeremías 33:11); pone de manifiesto la mutua donación de los esposos y su fidelidad al compromiso matrimonial. La unión de los esposos es uno de los símbolos que la Biblia utiliza para expresar la Alianza de Dios con su pueblo.


También es un libro que era leído anualmente en el octavo día de la pascua siendo interpretado alegóricamente, con relación al tema histórico del Éxodo que recordaba a los israelitas el amor de Dios por ellos en su liberación del cautiverio egipcio. Este libro representa el amor de Dios por Israel como está indicado en toda la Torá; Cantares pertenecía, en la Torá, al grupo de libros pequeños llamados "Megilloth", libro sapiencial de tan manifiesta sensualidad, pero podemos estar seguros que su contenido es útil para el hombre o la mujer de Dios ya que nos instruye acerca del Pacto amoroso y eterno de Dios en el cual estamos incluidos y nos enseña a tener un correcto pensamiento acerca de el carácter personal de Dios. Como Cantares nos muestra a Dios no lo hace ningún otro libro de la Biblia, es el más bello de los cantos porque sobresale al mostrarnos un Dios que ama intensamente, que es fiel a su pacto con su novia y que nos ha puesto su sello en nuestro corazón (Cnt 8:6).


En toda la Biblia hay frecuentes referencias a la Iglesia como la novia de Cristo que nos visualizan como este Pacto Eterno se ha desarrollado y la forma en que sus partes se desenvuelven: ''yo recuerdo el fiel amor que me demostrabas cuando eras joven; el cariño que sentías por mi cuando eras mi esposa..." (Jeremías 2:2 la Palabra de Dios para Todos). El anterior pasaje nos muestra a Dios recordándole a su pueblo el amor que en un principio sentía por Él, pero como todo matrimonio, este amor algunas veces se ha enfriado por parte de la esposa, la iglesia; y el esposo se entristece por la infidelidad de su amada. "Después te vi y note que estabas en la edad del amor, así que extendí mis alas sobre ti y cubrí tu desnudez. Me comprometí, hice un pacto contigo, y fuiste mía. Lo afirma el Señor Dios" (Ezequiel 16:8 PDT) hablando el verso del momento en que Dios se apropiaba de su pueblo y se comprometía con amor a él. "...Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto ¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu?..." (Malaquías 2: 14,15). El profeta haciendo relación al pacto de Dios como el pacto que tiene un hombre con su esposa.


En conclusión, Cantares nos cuenta de Dios que tomó para sí una esposa, su pueblo, y la adornó, la limpió, le quitó sus defectos, se deleita en ella y le expresa su amor. Ella lo glorifica y le ama y su amor espera la consumación en gloria. En otras palabras, Dios dice de su esposa: "Toda tu eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha" (Cnt 4:7). Pero, ella es perfecta no en virtud de su belleza o algo que provenga de ella sino porque Jesucristo la amó "...a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5: 25-33).


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